viernes, 3 de diciembre de 2010

En nombre del amor

Recuerdo la noche aquella, la inmortalizo en mí y la rememoro saboreando cada momento que pasé contigo. Hago memoria y nos veo a los dos paseando por la orilla de la playa, descalzos, despreocupados y felices. Dejando grabadas durante un leve instante nuestras huellas, el camino de nuestro amor, la senda de la vida que hemos compartido. El agua se llevó esas pisadas como las lágrimas constantes van borrado nuestra historia.
Revivo el abrazo que me diste, el beso fugaz que me robaste y las risas arrastradas por la brisa salada. Nuestras manos se rozaron, se cogieron con fuerza, se entrelazaron, y mientras las olas hundían nuestros pies en la arena me preguntaste: "¿Qué estarías dispuesto a hacer por amor?"
Y yo, estúpido, joven e indiferente no hice caso a tu pregunta, no supe responderte y seguí con nuestro juego.
Una pregunta que marcó el ritmo de nuestra vida juntos, que desencadenó el más terrible de los acontecimientos y que hizo que el destino cruel te apartara de mi lado. Y ahora aquí, tan solo, tan triste, tan aislado de todo aquello, tan alejado de ti, le doy vueltas a esa pregunta. La deshago en mi boca como si de un caramelo se tratase, la analizo de forma sutil, la respondo. La respondo a gritos. La sueño. Intento hacerte llegar la contestación y de ti sólo obtengo como réplica un silencio oscuro y eterno. Un silencio que me atormenta, que me precipita al vacío, que me mata lentamente, que hace que el dolor se apodere de mí de manera irreversible...
Lloro. Lloro y me arrepiento de no haber sido capaz de asegurarte mi verdadera respuesta, de decirte que por amor, que por amor a ti, soy capaz de cualquier cosa.
Que por amor he podido sacrificarme, aceptar, perdonar y luchar. Y aún sintiendo estas respuestas, también puedo decirte que he recordado situaciones que desearía poder cambiar, lágrimas que hubiera deseado que no se derramaran, momentos que debería haber aprovechado más y pérdidas que podría haber borrado.
Y ahora, en este triste y húmedo papel te hago llegar mi respuesta, la que me persigue y me arrincona. La respuesta que revive cada segundo vivido a tu lado. Y deposito mi rezo, mi sueño y mi agonía en una pequeña carta que pretendo que sea mi respuesta. La deposito en una fría losa de mármol blanco, donde aguardas, donde esperas paciente nuestro reencuentro. Y dejo el papel, dejo mi corazón en aquel lugar frío, donde puedas leer que te he querido hasta tener miedo de poder querer tanto a un ser mortal, te dejo mis sueños, te dejo mi vida...

[Después de leer "The choice" de Nicholas Sparks]

1 comentario:

Melodie_Happiness dijo...

¿Relato de cosecha propia? :)
Uff odio el amor, porque aún no lo he conocido ¬¬ así que me temo no poder hablar de él con sinceridad, sólo inventarme relatos de cómo sería.

Y ya que estoy por aquí te dejo mi blog si te gusta leer literatura personal y escribir (microrrelatos, reflexiones, poemas, relatos), debatir sobre los acontecimientos de la vida y hacer publicidad de tu blogspot en la pestaña "Aquí tu blog".

http://insolitadimension.blogspot.com/

Únete si lo deseas y si no pues otra vez será. Gracias ^^