lunes, 5 de marzo de 2007

Pensamiento a día 5 de Marzo

En mi mente se está forjando una nueva idea, que vaga buscando su espacio, que busca deprisa su sitio en el desorden caótico de mis pensamientos. La idea surgió de mi interés por ti, se fue desarrollando muy dentro de mí a medida que mi pensamiento buscaba el tuyo. Y este débil y, para nada, intencionado pensamiento se iba convirtiendo en un sincero y apasionado sentimiento. Aún oscuro, oculto en el fondo, vergonzoso hasta de si mismo por existir, por haber sido creado, temeroso por ver la luz y descubrir lo que tan malo es para los dos. Para mí... Para ti... Lo estoy tapando, lo arropo por las noches con delicadeza, y es por esta dulzura con que lo trato por lo que se va apoderando poco a poco de mi cariño, va ganando puestos en las prioridades de la vida, sube cada día un peldaño más, y se acerca a los lindes de mi terreno afectivo. Este sentimiento tan puro, y a la vez místico, y por qué no decir que hasta encantador en todos sus sentidos, ya va notando y palpa eso que algunos pocos locos llaman amor. Y, noto, y siento también, que me estruja el corazón como si fuese una simple esponja. Y por los poros de este noble, y tal vez impresionable órgano del amor, se van escapando y diluyendo otros múltiples sentimientos, que ya han perdido la noción del tiempo, que ya no tienen razón de vivir. Y así, tú, vas logrando que las pasadas sensaciones se vayan olvidando, que vayan quedando encerradas. Ahora eres el protagonista de la película de mi vida, y tú escribes el guión, tú pones las luces y tú decoras mi vida. Yo soy un simple empleado de tu voluntad. A ti me doblego y a ti me rindo. Algunos dirán que soy un pelele, otros que soy una víctima del amor. Yo me considero un artesano de los sentimientos, y lo que este pensamiento expresa sobre ti no es descriptible con una simple palabra. Aún no existe esa palabra en el diccionario, y yo, humilde escritor y reproductor de palabras, no me atrevo siquiera intentar buscarla. Me la guardo muy dentro de mí, escondo la llave, y la disfruto en silencio... Como disfruto los minutos a tu lado, como disfruto tu sonrisa, como disfruto del roce de tu mano sobre la mía, como disfruto del aroma que te envuelve... Y así, vaga el sentimiento, y vaguea, porque le doy permiso para que se haga el remolón, porque tengo miedo de que se convierta en algo palpable por todos, porque no quiero expresar con los ojos lo que quiero de ti, porque no quiero que sepas que soy tuyo...

jueves, 1 de marzo de 2007

Hoy soñé contigo

Hoy soñé contigo,
con tu amor,
con tu aliento,
tus caricias.

Que éramos libres,
que volábamos,
soñábamos
que nos queremos.

Hoy soñé tu voz,
tus ojos y tu boca,
tu pelo,
tu olor.

Soñé la noche
y el amor,
soñé el día
y el dolor.

Te amé
y te amo.

Soñé con eso
y mucho más porque
hoy soñé contigo...

De Allie para Noah

Es tan fácil amarte en esa calma, cuando aspiras e inspiras como las mareas regulares, cuando tus párpados palpitan, cuando tu frente se vuelve tan lisa como la de un niño. Tumbada a tu lado, o teniéndote en el regazo o apoyado en mi hombro, o incluso mirándote cuando estás en otra habitación, yo te puedo amar con facilidad y sin esfuerzo, mientras esté descansando. En la quietud de tu casa, en la intimidad de tu cuarto, este sentimiento tan precioso que se despliega como cuando se abre una flor y de la simplicidad de nuestra unión surge este sentimiento como una dulce fragancia...

[Del libro "El cuaderno de Noah"]

Walt Withman

Nosotros, dos muchachos abrazados,
jamás nos separaremos el uno del otro,
recorremos los caminos de arriba a abajo, emprendemos excursiones
por el norte y por el sur,
gozamos de la fuerza, extendemos los brazos, cerramos los puños,
armados e intrépidos, comemos, bebemos, dormimos, amamos,
no obedecemos a otra ley que la nuestra, navegamos,
fanfarroneamos, robamos, amenazamos.
Asustamos a los avaros, a los criados, a los sacerdotes,
respiramos el aire, bebemos el agua, bailamos sobre el
césped de la playa,
conmovemos a las ciudades, despreciamos el bienestar, nos burlamos
de las leyes, perseguimos toda suerte de debilidad,
y damos fin a nuestra correría.