viernes, 8 de febrero de 2008

Mi último adiós

Estuve orgulloso de ti la última vez que te vi. Orgulloso de tu amor, tu valentía y resignación, y, sobre todo, de tu confianza en ti mismo. No te rindas nunca, querido. Con mi ayuda y con esfuerzo, el mundo se extiende ante ti. Si alguna vez te sientes desalentado y pierdes la confianza en ti mismo, cuenta conmigo, porque yo creo en ti. Limítate a fijarte una meta y ve hacia ella. No es un sermón, es porque quiero que triunfes y seas fuerte y seguro cuando yo ya no esté aquí. No te pongas triste, y cada día tómatelo tal y como venga, apurándolo al máximo. No te regodees en la soledad, y cuídate. Recuerda que cada ladrillo sólido que pones en los cimientos de la buena salud, es un ladrillo creado para mí, y que yo te lo agradeceré, aunque no esté aquí para poder hablar de ello. Sé que esta es mi noche, ya no puedo dormir, me estoy volviendo loco aquí en la oscuridad, escuchando los sonidos de la noche… Tan sólo lo que siento por ti me da fuerzas para aguantar un poco más, pero me liberaré de esas cadenas y me iré, no estaré lejos de ti, porque te necesito, y sé que me necesitas, porque nos amamos… Cariño…recuerda siempre que te he amado como es posible amar a otro hombre, que te he deseado tanto que sentía dolor en el pecho, que te he valorado como te merecías… Amor…esto no es un adiós…simplemente un hasta pronto…te estaré esperando eternamente…para poder amarte de nuevo…para poder enamorarme de ti… Mis últimos pensamientos…son para ti…mi último pensamiento es…que te quiero…